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domingo, 1 de abril de 2012

LAS FORMAS DE DOMINACION COLONIAL
FUENTE: AA.VV, Historia:Argentina y el mundo la primera mitad del siglo XX, Buenos Aires, Santillana, 2011.


L
a presencia de los europeos en los territorios coloniales supuso el control político, social y cultural, así como el sometimiento de los pueblos colonizados a los intereses económicos de las metrópolis.
La administración colonial de los territorios comenzó siendo realizada por las compañías privilegiadas de comercio, que recibieron amplios poderes. Sin embrago, pronto el Estado asumió sus funciones a través de sistemas de control colonial muy variados. Las colonias, en sentido estricto,  eran aquellos territorios en los que la población nativa  estaba totalmente sometida a la potencia colonial, que implanto un gobierno y una administración totalmente europea. El poder de la metrópoli se ejercía por medio de un gobernador, predominando este sistema en Asia y África. Asimismo, también se instauraron las llamadas colonias de poblamiento, en las que se asentó una numerosa población europea que impuso su idioma, sus formas de vida e instituciones tal como eran en su país de origen[1]. En cuanto a los denominados dominios, eran específicos del Imperio Británico. Se trataba de colonias de poblamiento a las que se le aplicó un sistema de autogobierno estando los poderes del gobernador limitados por la existencia de una asamblea elegida por colonos. Principalmente gozaban de autonomía en la política interna, pero la política externa  la decidía en la metrópoli; a diferencia de los protectorados que eran territorios coloniales donde ya existía soberano con propia estructura política[2]. La potencia colonial respetaba, teóricamente, el gobierno y la administración de los nativos, pero ejercía el poder militar, la dirección de la política exterior y la explotación económica.
Por otro lado, el esquema colonial se completaba con concesiones en las que un Estado o país cedía o otorgaba temporalmente territorios a una potencia colonial, que los controlaba económicamente, pero sin desplazar a ellos ni a funcionarios europeos y tampoco a militares.
Igualmente hay que destacar que, aun cuando la mayoría de los territorios en África fueron colonias, no todos fueron gobernados de la misma manera. Pues en términos generales podemos hablar de dos formas de gobierno colonial, aunque varias veces se dieron combinadas: la de gobierno directo (utilizada principalmente por los franceses) y la de gobierno indirecto o de administración conjunta (preferida por los ingleses). De todas maneras, con el tiempo se hizo evidente que el primer sistema era complicado de implementar y fue reemplazado por el segundo, incluso en la mayoría de las colonias francesas.
El gobierno directo consistía en eliminar a la autoridad africana, haciendo del administrador Europa el titular del gobierno. Este sistema incluía la idea asimilación de las poblaciones locales con las europeas. Ello significaba que los territorios africanos eran integrados a Francia, como parte del país, por los que los africanos eran dependían directamente de la metrópolis. Los pobladores africanos eran obligados a asimilar la cultura europea de sus dominadores; incluso muchos jóvenes fueron occidentalizados en las metrópolis, de donde volvían a las tierras con educación europea. No obstante, este sistema no era fácil de implementar. En primer lugar, suponía que un gran número de funcionarios europeos viviendo en África, cuyo mantenimiento implicaba un alto costo para las metrópolis. En segunda instancia, ocasionaba una fuerte resistencia de las elites del lugar, que veían que se los estaba despojando de su autoridad tradicional. Además, las poblaciones locales se resistían al intento de asimilación cultural: puesto que, algunos no solo temían perder su cultura, sino que muchos, educados con estilo occidental, comenzaron a tener roces con la élite colonial europea. Por tales motivos, cuando los dominadores vieron que la asimilación y la administración directa habían fracasado, comenzaron, cada vez más, a adoptar el gobierno indirecto. Es decir, las dificultades de la gobernación directa, poco a poco, los administradores coloniales europeos emplearon a las autoridades nativas como aliadas a través de los cuales sus demandas podrían ser impuestas a las poblaciones africanas. Entonces, si bien el vértice del sistema administrativo se encontraba un gobernador europeo, el resto de las autoridades, en un gran porcentaje eran de origen nativo.
Uno de los funcionarios coloniales mas importantes que llevó a la practica y defendió el sistema indirecto del gobierno, fue el inglés Lord Lugard, que se encontraba al frente de Nigeria del Norte a comienzos del siglo XX (1900-1907). Él aspiraba a la cooperación entre la autoridad nativa y la europea, y que el jefe africano continuaba con su rol tradicional, aunque cuidadosamente dirigido por la administración local. Trataba de integrar a los jefes locales en el sistema colonial y, para ello, juzgaba convenientemente que continuaran en el ejercicio de la mayor parte de sus antiguas responsabilidades, de forma que siguieran apareciendo, a los ojos de las poblaciones locales, como los legítimos dirigentes.
De este modo, los europeos solucionaban algunos problemas: no debían mantener un gran número de funcionarios europeos y, al mismo tiempo, las elites locales presentaban menor resistencia porque no perdían autoridad. Sin embargo, el objetivo de Lugard no llegó a concretarse en todas las colonias porque, en muchos caso, las dificultades reaparecieron luego de que los pobladores locales se dieron cuenta de que, en realidad, el jefe local no era mas que un “auxiliar”  o un ayudante de los dominadores.








[1] Por ejemplo: Argelia.
[2] Por ejemplo: Nueva Zelanda, Australia y la Unión Sudafricana.

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